miércoles, 9 de mayo de 2012

Protocolo básico de actuación ante el divorcio.


1. Se debe explicar a los hijos la situación de la forma más clara y sencilla posible.
     Cuando unos padres se separan es necesario que los niños conozcan la situación por cada uno de los padres con la mayor serenidad y claridad posible, sin entrar en culpabilidades y proporcionándoles la seguridad.
2. No  tomar una postura negativa hacia el otro cónyuge.     
     Esto puede ser difícil de conseguir en algunos casos, pero  estas actitudes positivas favorecen el equilibrio afectivo de los niños.
3. Se deben justificar, en lo posible, todas las conductas del otro cónyuge que los hijos consideran inapropiadas.
     Se debe relativizar la información que el niño le proporcione del otro cónyuge y justificar las acciones que el niño cuenta.
4. El padre-madre que no viva en el domicilio del niño debe tener constancia y periodicidad en los contactos con su hijo.
     Es importante que los hijos tengan contactos (aunque sea telefónico), lo más continuo posible, con el cónyuge que vive fuera de casa, y que éstos contactos estén programados de antemano y con el conocimiento del niño.
5. Se deben compensar los sentimientos de inseguridad en los niños por el cónyuge que no vive en el mismo domicilio.
     Los niños de padres separados suelen presentar un  déficit importante en lo referido a los sentimientos de seguridad. Es imprescindible hacerles ver que cada progenitor va a seguir estando ahí para lo que ellos necesiten.

6. Se deben tomar decisiones conjuntas sobre los pasos a dar.
    Pensar juntos en las decisiones sobre la escuela, los horarios, el tratamiento de posibles problemas de los hijos... Se han de evitar las soluciones impuestas o contradictorias.
7. Se debe estar pendientes de lo que necesitan y nos piden los hijos.
      Las cosas han cambiado y van a cambiar aún más. Es importante mantener las rutinas y las costumbres, la sensación de seguridad, de que las cosas están controladas. Explicar que puede haber me­nos tiempo para hacer determinadas cosas, pero que se van a seguir haciendo.
8. Se deben evitar las situaciones de sobrepro­tección.
     Generan comportamientos de dependencia y falta de autonomía personal que condicionan de forma sus­tantiva el desarrollo de los hijos
9. Se debe seguir manteniendo el contacto con el exterior, con el resto de la familia y, sobre todo, con los amigos íntimos.
       No es infrecuente quedarse aislado, evitar las relaciones que con anterioridad nos hacían disfrutar de momentos agradables. Nos puede dar vergüenza. Tenemos que superar estos sentimientos y temores cuanto antes. Necesitamos a nuestras familias y necesitamos a nuestros amigos. Ellos nos van a ayudar.
10. Se debe informar al centro escolar y al profe­sorado de los hijos y dedicar tiempo al seguimiento del estudio.
       Es importante acudir, preferentemente de forma conjunta, al centro educativo para recibir información de los hi­jos.

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